miércoles, 3 de septiembre de 2008

CAJÓN DE SASTRE (III): LAS SUPERSTICIONES

Si bien el anterior post “Panorama de actualidad”, se basaba en un análisis concreto de una situación política que a su debido tiempo será histórica, os invito de nuevo a un retorno al pasado, y aunque las supersticiones, en más de una ocasión han tenido particulares orígenes históricos, sin duda, forman parte de la cultura y tradición del ser humano “urbi et orbe”.

¿Por qué derramar sal también trae mala suerte? O ¿el famoso número 13? Y ¿Por qué podemos confiar en lo que diga una moneda echada al aire? ¿por qué la cigüeña portaba los bebés? Y ¿de donde procede el mal de ojo?

Para conocer la mala suerte del derrame de la sal, debemos trasladarnos a Oriente próximo a unos 3.500 años antes de Cristo. La sal fue el primer condimento en la alimentación del hombre y alteró de tal modo sus hábitos alimentarios, que no sorprende en absoluto que el acto de derramar elemento tan precioso llegara a ser equivalente de mal augurio.

Para los romanos, la sal era un elemento tan valioso para condimentar comidas como para curar heridas. El escritor romano Petronio, en su Satyricon, creó la frase “no vale su sal”, como oprobio para ciertos soldados romanos, a los que se les daban estipendios especiales para sus raciones de sal, llamados “salarium” – dinero de sal – origen de nuestra palabra salario.

La sal, purificaba el agua, conservaba el pescado y la carne, realzaba el sabor de la comida y hebreos, griegos y romanos la utilizaban para sus principales sacrificios.

La veneración de la sal y el mal pronóstico que representaba su derramamiento, están prodigiosamente captados en La última cena de Leonardo da Vinci: Judas a derramado la sal sobre la mesa señalando con ello la tragedia – la traición a Jesús. No obstante, históricamente no hay prueba alguna de que fuese derramada sal en esa última Cena. Leonardo incorporó esta superstición a su interpretación pictórica, con el fin de dramatizar más la escena, a la que hay que añadir otro hecho: 13 eran los comensales en la mesa.

Y número tan supersticioso, merece especial atención para conocer el origen de su mala fama.

El temor al número 13 es conocido como Triscaidecafobia. La noción se remonta, como mínimo, a la mitología nórdica en la era pre - cristiana. A un banquete en el Valhalla, fueron invitados doce dioses. Loki, el espíritu de la pelea y del mal, se coló por las buenas, con lo que el número de los presentes llegó a trece. En la lucha que se produjo para expulsar a Loki, Balder el favorito de los dioses, encontró la muerte.

Desde Escandinavia, la superstición se difundió a Europa en dirección sur, estableciéndose con total plenitud en los países mediterráneos. Entonces, aseguran los folkoristas, la creencia fue notablemente reforzada por la última Cena, de la que ya hemos hablado. Rizando el rizo, incluso se podrían establecer paralelismos entre Judas-Locki y Balder-Cristo

Irónicamente, en EE.UU, este número es considerado de buena suerte. En el reverso de los billetes de banco, hay una pirámide incompleta con trece escalones; el águila heráldica, sostiene en una garra, una rama de olivo con trece hojas. Hay además trece estrellas sobre la cabeza del águila. Todo esto, en nada tiene que ver con la superstición, sino que conmemora las trece colonias que originaron el país, y que por su parte fueron un símbolo de buen auspicio.

Y si hablamos del número 13, no podemos obviar el Martes o Viernes. Los esfuerzos para explicar porqué el viernes es el más desafortunado en muchos países, se han centrado en desastrosos acontecimientos que supuestamente tuvieron lugar en él. Según la tradición, en un Viernes día trece, Eva tentó a Adán con la manzana. El Arca de Noé inició su larga navegación durante el Diluvio, el Templo de Salomón fue arrasado, y también durante ese día Cristo murió en la cruz.

Sin embargo, el verdadero origen de la superstición, procede también de la mitología escandinava. El nombre de Viernes (Friday en inglés, Freitag en alemán) procede de Frigga, la liberal diosa del amor y de la fertilidad. Cuando las tribus germánicas y escandinavas se convirtieron al cristianismo, Frigga fue desterrada y execrada a la cumbre de una montaña, considerada como Bruja. Se creía que cada viernes, la diosa, rencorosa, celebraba una reunión con otras once brujas más el demonio –con lo que eran trece los asistentes- y conspiraban para causar infortunios durante la semana siguiente.

En cuanto al Martes, se desconoce cual puede ser el proceso que en España dio lugar al “martes y trece, ni te cases ni te embarques”. Pero podemos apuntar que el nombre de Marte, dios de la guerra y que da origen al día, tiene algo que ver en ello.

Como el texto es largo, la información jugosa no es cuestión de que vuestros ávidos ojillos lectores se cierren a la siempre insaciable curiosidad, por tlo que, dejaremos para otro Cajón de Sastre las supersticiones pendientes, a las que tal vez añadamos otra propinilla.

7 comentarios:

Isabel dijo...

Hola, muy interesante tu post, no conocía yo el origen nórdico de las supersticiones acerca del número trece y del viernes. Curiosamente este dia, el viernes, "dies Veneris", en latín, el día de Venus, también lleva entre nosotros el nombre de la diosa del amor y de la fertilidad.
Besos

Anónimo dijo...

HOLA MARTICA, AQUI EN COLOMBIA EXISTE PARA LA MAYORIA DE LA GENTE EL TEMOR DEL MARTES 13 O VIERNES 13O 16. ESTE ULTIMO NO LO SE CON EXACTITUD, PERO BUENO, A MI ESOS DIAS ME ENCANTAN, PRECISAMENTE POR EL TEMOR Y LA SUPERSTICIÓN QUE LA GENTE LES PONE. DIGO ME ENCANTAN, PORQUE AUNQUE EL MAL NO LO DESCONOZCO, PARA MI NO EXISTE MÁS DIOS QUE " DIOS Y SU ADORABLE CRISTO SANADOR ".

CUIDATE UN RESTO MI QUERIDA AMIGA.

LUZMARINA DE LIBRODEARENA

Anónimo dijo...

¡QUIERO MÁS!

Qué interesante, Marta. Nunca me había planteado la etimología de la palabra "salario". Fíjate, qué cosas...

Y la palabra "triscaidecafobia" se acaba de convertir en una de mis favoritas, así de repente.

Lo dicho:

¡Quiero máaaaaaaaaaas!

Jeje.

Abrazos, maja.

Marta Montoliu dijo...

Hola Marta,
Hablando de supersticiones, conozco a un hombre, que trabaja conmigo, nacido un 13, casado un 13, y que alega, siempre, que el 13 le ha traido mucha suerte en la vida. De momento, los companeros de trabajo no hemos podido probar ni una cosa ni la otra. Para el la supersticion es al reves :-)

Marta

Anónimo dijo...

Hola Rosa Isabel,

Pues yo también pensé en el día dedicado en el viernes como día de Venus, i la extraña coincidencia de diosas en el mismo día.

Pero bueno, siempre es interesante saber el origen de, en este caso supersticiones, pero las tradiciones, costumbres o frases hechas forman parte de nuestra ideosincrásia, e incluso formación cristiana.

Besos querida Rosa Isabel, y como siempre, gracias por tu colaboración a través de tus comentarios.

HOLA LUZ MARINA

Bueno, no está mal que a una le gusten los días "superticiosos", y que además demuestre tener Fe religiosa para acpetarlos. Y tienes toda la razón, cuando hay Fe no hay superstición que valga, pero, las intuiciones son extrañas de definir, y también forman parte del contexto de superstición, y si no les hacemos caso, si por lo menos saber de donde vienen.

Estimada Luz Marina, gracias por tu visita y tus amables palabras.

RUBENTXOOOOOOO!!!!

Que sí, que habrán más, que hay "muxa tela pa cortar" tanto en este tema como en costumbres, etc.

Bueno, lo de la palabrita también te ha gustado. Sí, tiene su encanto y además sorprende que la superstición al trece pueda significar una enfermedad.

Habrá másssssss!!!!... en un próximo capítulo... con chocolatito incluído... en helado aun.

HOLA TOCAYA,

Pues curioso el caso que cuentas, y además rompe con la superstición del número 13, aunque interesante es que el propio "afectado" se vea provisto de esa mala suerte.

Hasta la próxima colega, y encantada por tu visita.

Mertxe dijo...

Triscai... ¿queee? ¡Mamma mía! Mi abuelita materna sí que le tenía miedo al 13, era un caso la mujer...

Anónimo dijo...

Hola Marta, ¿como puedo ponerme en contacto contigo?... No logro encontrar una direcciòn de Email en toda la dichosa Web... :( Mi correo es genr [punto] engrg [arroba] libero [punto] it
¡Saludos de Italia! ;)