domingo, 6 de julio de 2008

IN MEMORIAM

Si hay un acontecimiento en la vida de todo ser humano, donde sentimientos, emociones, pensamientos, hechos, acciones, gestos y un sin fin de actos se agolpan implacablemente en nuestra memoria, este es durante el periodo de transición hacia la muerte.

Si bien es cierto que en alguna ocasión, con el uso de la ironía y el sentido del humor… negro, no he tenido inconveniente en “burlarme” de la Dama de Negro, lo que siempre he respetado sobremanera es el dolor, la agonía antes de que el alma abandone el cuerpo.

Mi madre falleció el pasado 3 de julio, como consecuencia de lo que el informe médico dictamina como “una deterioración funcional previa severa y probable hipoproteinemia con múltiples úlceras decúbito a EEII y glúteo, y una gran úlcera sacra que se extendía hacia la espalda, visualizando planos musculares y columna”.

En un lenguaje más accesible, se podría resumir en una profunda infección en la sangre como consecuencia de las llagas o úlceras producidas por la inmovilización total de su lado izquierdo, debida a la embolia cerebral que se produjo en el mes de marzo.

Acercándonos más a la realidad, mi madre tiró la toalla hace unas semanas, negándose a comer, o a ingerir la medicación prescrita, para su tratamiento. Perdió la ilusión por la vida, a causa de su parálisis con complicaciones. Perdió las ganas de vivir ante su total dependencia del personal de la residencia. Aceptó la derrota, tras un profundo examen de conciencia, al convivir con otras personas, al comprobar cual había sido su error de conducta conmigo y con los demás.

La experiencia de mi madre en la residencia, me ha proporcionado una visión profunda y filosófica sobre el comportamiento del ser humano, y sobre la gran soledad que habita en el mismo, especialmente en personas de carácter dominante y egoísta que no se han inmutado en someter a los demás. En el fondo, forma parte de su aprendizaje y evolución, pero curioso es destacar que las mujeres, en eso, se llevan la palma.

Pero si metafísica ha sido la experiencia, la transición hacia la muerte ha sido absolutamente enriquecedora, llena de Amor, Agradecimiento, Piedad y Perdón.

La dulzura en la expresión del rostro de mi madre, pues ya no existía ningún tipo de comunicación, a medida que la sedación con morfina hacía efecto era totalmente gratificante y tranquilizadora. Por primera vez en muchos años “gozaba” de no sentir dolor de ninguna clase, de no sufrir, de percibir un bienestar interior imposible de describir. La mañana del día de su fallecimiento, parecía un lirón.

Por mi parte, he vivido intensamente la experiencia, llorando de emoción y de ternura por como los recuerdos se agolpaban en mi mente, por su cariño en mi infancia, por su afán de lucha en salir adelante, por las prendas de punto, de ganchillo o de costura que en un tiempo salieron de sus manos, como auténticas obras de arte.

No obstante, la negatividad de algunos recuerdos también hacía acto de presencia, especialmente los relacionados con su fuerte carácter o su incomprensión hacia mi y mi forma de ser. Pero quiero ser sincera; no debo olvidar los malos momentos, pero no quiero recordarlos, porqué debo salir adelante. Los malos momentos son los que han provocado que no eche de menos a mi madre, pero siempre, al igual que mi padre, estará en mis oraciones, y en mi mente, por todo lo que he aprendido, en lo bueno y en lo malo,

Mis padres contribuyeron a que mi carácter sea alegre y socarrón, pero responsable y constante, a que apreciara el trabajo en todo su valor, a tener sentido del ahorro y del gasto. A cumplir con deberes y obligaciones y a ser disciplinada.

En lo que no aportaron nada fue a mi humanismo y a mi gran amor por las artes y sensibilidad por lo bello. No lo comprendían, pero eso, forma parte de mi evolución personal.

Coger la mano de mi madre en su transición, acariciarla y besarla aun sabiendo que ya no percibía nada, deseándole un “buen viaje” hacia la Luz y la Armonía, - recibió la extremaunción tres días antes de su fallecimiento - y por supuesto rezando por ella, rogando la Piedad de Dios para su acogida, era lo único que podía hacer.

Mi madre estaba hermosa, elegante en su última morada. Era una mujer presumida. Amortajada en una túnica color champán, y sobre su pecho dos rosas color salmón, símbolo del amor de mi padre y mío, Su cuerpo fue incinerado, como acto de liberación y purificación de lo que fue coraza y prisión de dolor físico de su persona. Sus cenizas reposarán junto con los huesos de mi padre, con los que ya sabéis que de vez en cuando mantengo interesantes monólogos.

Su viaje ha empezado y mi vida continua, llena de positivismo por haber vivido sin rencor y con absoluta armonía, tranquilidad y paz, la intensidad permanente de unas horas donde por primera y última vez, no ha habido nada malo, sino dulzura y calidez.

12 comentarios:

Mertxe dijo...

Tengo un nudo en la garganta, no puedo decirte nada que no te imagines, sólo te dejo el testimonio de mi cariño y total comunión con cuanto dices.

Hablaremos...

Anónimo dijo...

Martica, tu madre se veía hermosa, como lo fue la mía en aquel momento, porque en cierta medida el sufrimiento sana en cierta forma el alma y ovbiamente se refleja su pureza en el rostro.

Que bueno que no sientas rencor, pues eso no está bien, pues quienes conocemos un poquito las leyes espirituales, sabemos que ése estado afecta notablamente la paz y armonía del alma y espíritu
generando descenso espiritual. Solo me resta decirte que Dios te bendigo.

Te dejo éste poema que escribi para mi madre, aquél ser que ame y amaré por siempre:

Cuidate amiga.


" PAULINA



Porqué te fuiste sin avisar, sin decir adiós ?

Traspasó tu alma los umbrales de la vida, trascendiendo
Lentamente a los umbrales de la muerte.

Fue tu corazón paciencia, amor y bendición.
Fue tu alma lucero hecho canción.

Cual verde planta que en su fulgor brota a la vida, surgió
De ti mi corazón de amor.

Con tu ayuda di mis primeros pasos y con tu apoyo los primeros
Peldaños de la vida trascendí.

Lenta … lenta agonía fue tu partida que sin poder musitar aliento de vida,
Expiró tu resplandor.

PAULINA, madre mía, desde ésta vida a ti gracias doy. "

Anónimo dijo...

Amiga, olvidé poner mi nombre, LUZMARINA DE LIBRO DE ARENA.

Anónimo dijo...

Hola, Marta.
En primer lugar, lamento la pérdida de tu madre. Nunca sé qué decir en estos casos, y sé que tus sentimientos con ella eran contradictorios, así es que mejor guardaré un silencio de respeto.

Difícil trabajo, el de criar a un hijo. Les pedimos a nuestros padres que sean perfectos y (al menos según mi experiencia) después no sabemos ser buenos hijos.

Las relaciones humanas, qué complejas...

Espero que estés bien.

Muchos besos.

Anónimo dijo...

HOLA MERTXE

Gracias por el testimonio de tu cariño. Efectivamente, puedo confirmar que ha sido una experiencia intensa y emotiva, con invitación al recuerdo y a la reflexión.

En ningún caso, su pérdida supone que la eche en falta, pero su recuerdo, sin duda, es imborrable.

De nuevo gracias, y hasta la próxima.


HOLA LUZ MARINA

Hermosos y emotivos versos los dedicados a tu madre, mi querida poetisa. Y muy interesante tu percepción sobre la sanación del alma a través del sufrimiento.

No puedo sentir rencor, nunca lo he sentido, pero si sentí aborrecimiento hacia su persona, hace un año aproximadamente.

Me siento en paz conmigo mismo y con ella. La vida me presenta nuevas perspectivas que he de tomar, para continuar y seguir adelante. Me siento positiva y optimista, siempre con un recuerdo y una oración para ella.

Gracias de nuevo y hasta la próxima.

HOLA RUBENTXO

Tu conclusión invita al diálogo. No pedimos que nuestros padres sena perfectos, es que a nuestros ojos lo son, y no contemplamos otra cosa hasta que se produce el cambio generacional, hasta que como hijos nos hacemos mayores, y ellos ancianos.

Al final de su vida, mi alma se apaciguó y llegué a pedirle perdón y ha decirle que la queria. ¿Cómo no vas a querer a un ser indefenso y enfermo?. Los sentimientos fluyen sin cesar.

Agradezco tu visita y tus palabras, mi querido y admirado Rubentxo.

A todos, besos muy mediterráneos.

Anónimo dijo...

Bello texto y con gran carga de profundidad. Me ha gustado mucho. Muchos besos.

Anónimo dijo...

Bello texto, efectivamente, como dice Guillermo, se nota escrito con todo el corazón. Recibe mis condolencias; croe que te comprendo, hace pocos meses yo también perdí a mi padre.
Besos

Rosa Isabel

Anónimo dijo...

HOLA GUILLERMO,

Gracias por tu comentario. Y efectivamente, esta hecho con grandes y profundos sentimientos.

Besos Mediterráneos,a caballero artúrito tan especial.

HOLA ROSA ISABEL

Gracias por tu pésame e igualmente, recibe el mío por el fallecimiento de tu padre.

Sabes, a veces la Muerte es una forma de decirte la vida que te has equivocado. No se si lo hicieron mis padres, pero des de mi creencia en la resurección del alma, seguro que ambos han empezado un nuevo camino, con nuevas experiencias.

Besos y un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

acabo de leer el post, siento en el alma lo sucedido. espero que te encuentres bien, o por lo menos cada día un poquito mejor. Duele cuando tus padres se van, los recuerdos de toda una vida se agolpan y debe ser una sensación extraña.

lo siento de veras, marta, un beso enorme.

Anónimo dijo...

Lamento profundamente la pérdida de tu madre, Marta. Desde que tu madre empeoró y tuviste que ingresarla porque no podías atenderla, hasta el momento actual, soy consciente del esfuerzo personal y anímico que habras tenido que superar.
Desde luego, tu texto es muy emotivo, pero sereno, y dada las circunstancias, de una gran fortaleza interior. Es duro perder los padres, no importa lo difícil que haya sido la relación, porque la memoria se obstina en tener presente los buenos recuerdos y olvida los malos, porque es así como queremos recordarlos.
Ya te conté que mi padre murió después de estar muchos meses en cama. Llega un momento en que deseas que acabé ya, que acabe su sufrimiento, porque piensas que es lo mejor. Hay quien dice que es mejor así, porque es algo esperado, la verdad, no lo sé… a mi madre le paso de repente, de un infarto. La encontré en el suelo de su casa, y me queda grabado en la memoria que siempre me repetía que no quería acabar como mi padre… La pérdida de cada uno de ellos me ha dolido por eso mismo, por la pérdida, no por la forma en que sucedió
No puedo decirte nada que no te hayan dicho ya, sólo puedo contarte en primera persona que entiendo por lo que has pasado. El hecho de que tu madre ya estuviera muy mal, te había preparado para lo peor. Aún así, es un paso difícil.
Perdona no visitarte con la frecuencia que te mereces, pero ando muy desbordado por todo. Papeleos del testamento, trabajo… y la separación de mi hermano, que esta siendo bastante destructiva para ambos. Son de ese tipo de relaciones que cuando acaban, implican a la familia para autodestruirse y hundirse en su propia miseria. La faena que tengo para levantar a mi hermano no es poca cosa Marta. Pero esto es otra historia…
Un abrazo, y gracias por venir a verme, gracias al blog he superado muchas cosas, y también he conocido a bellísimas personas.

Besos

Miguel Soria

Anónimo dijo...

Hola Marta me alegra que hayas pasado por casa. Por tu comentario ya me he imaginado lo que habría pasado.
Lo siento, pero creo que ahora estais en paz la una con la otra.
En mi vida también han habido grandes cambios. Ya no vivo en Bigues, ahora vivo en La Garriga y trabajo en Granollers.
Besos Marta, te echo de menos por LDA.
Paqui.

Anónimo dijo...

Gracias por tu visita, siento mucho la partida de tu madre, la verdad es que estoy viviendo ese infierno y cada vez me cuesta más consolarme pensando que el final va a llegar pero que quieres soy egoista y la quiero conmigo para siempre. Besos